11/05/2020 Tres recomendaciones para el manejo de la interculturalidad en el aula de ELE LinkedIn Compartir

Por Jorge Salinas, miembro del equipo académico SIELE por la Universidad Nacional Autónoma de México

En mis años de maestro de español a extranjeros lo que a mí me sigue llenando de entusiasmo en cada curso, es el hecho de estar en contacto con personas que pertenecen a países y culturas muy diferentes a las mías. Aunque los temas que enseño pueden ser los mismos cada año con año, al exponerlos a un público distinto, lo convierte en un desafío fascinante, mi aprendizaje es siempre continuo, nunca termina.

Sin embargo, debo reconocer que también significa un gran reto, algo que enfatizo todo el tiempo en mis cursos de formación de profesores. Más importante que saber explicar puntos gramaticales, corregir pronunciación, revisar composiciones, para mí es establecer en el grupo un ambiente de armonía y respeto que permita el enriquecimiento mutuo entre alumnos y maestro, pero por supuesto también entre los mismos alumnos.

Me gustaría comentar tres puntos en los que el docente de ELE (español como lengua extranjera) debe poner especial cuidado:

1. Estereotipos

Son ideas que nos formamos sobre un grupo, asumiendo que todos los miembros se comportan exactamente igual, pueden referirse a género, raza, religión, nacionalidad, etc. Pueden ser positivos: "Los japoneses son muy trabajadores", o negativos: "Los mexicanos son impuntuales". En ambos casos el problema principal es el mismo, ofrecen una información sólo parcialmente correcta. Es conveniente mencionar que estos pueden ser de dos tipos:

a. Deductivos: cuando se asumen generalizaciones abstractas. Alguna vez escuché que en Haití se practica el vudú, entonces si conozco a un haitiano, estoy seguro que lo practica, aunque esta persona pudo haber sido educada en un ambiente católico o cristiano, ya que en su país también existe una gran diversidad religiosa y para él pueda resultar muy ofensivo que lo relacionen con un culto que para él es completamente ajeno.

b. Inductivos: cuando alguien conoce a una persona de cierta cultura y asume que todos los del mismo grupo se van a comportar igual. En mi caso, en la ciudad de México es especialmente importante ya que aunque es una metrópolis enorme, no existe una gran diversidad como en Los Ángeles o Berlín, entonces, la gente a partir de conocer por ejemplo a Natalia, de Ucrania, se va haciendo una idea de que en ese país toda la gente es así: rubia, seria, responsable.

 

2. Culturas de alto y bajo contexto

El antropólogo inglés Edward Hall popularizó estos términos que a mí me han sido bastante útiles.

a. Culturas de bajo contexto: Se refiere a culturas en las que los elementos lingüísticos llevan toda la información. Sin caer en estereotipos, pero a manera de orientación se supone que los europeos y norteamericanos, por lo general son de bajo contexto.

b. Culturas de alto contexto: En estas culturas el significado se debe de inferir a través de otros elementos propios del contexto. Aunque se traduzca palabra por palabra no queda clara la intención comunicativa. A este tipo pertenecemos los latinoamericanos, y en mi caso, el centro de México presenta una cultura de muy alto contexto que a veces hace muy difícil la comunicación aun para estudiantes de nivel C1. En una interacción:

  • Oye, ¿me puedes llevar a mi casa?
  • Es que tengo que ir a la farmacia.

    Un mexicano comprende que la respuesta es un "no" rotundo y no es necesario pedir más explicaciones, ni seguir insistiendo. Las negaciones directas no son apropiadas ni bien vistas en el país. Una frase como "No way, José" (De ninguna manera, José) jamás la van a escuchar por acá.

     

3. La voz de los alumnos

Lo que a mí me ha ayudado a mantener un espíritu de curiosidad y motivación a pesar de los años,  ha sido el dejar que mis alumnos expongan sobre sus culturas. Como regla en el aula, en las habilidades receptivas yo soy el que proporciono el material para exponer sobre la cultura hispana, sin embargo en las productivas tanto en la expresión oral como en la escrita prefiero que sean ellos los que compartan, de esta manera el curso se enriquece al aprender todos de todos. Desde un principio sabían que en la materia aprenderían sobre español y cultura mexicana, pero lo que no se esperaban era aprender sobre Rusia, Corea, o los países que en ese momento estuvieran representados en la clase.

La interculturalidad es todo un reto, debemos apreciarla y respetarla, es lo que propiciará nuestro crecimiento tanto en lo académico como en el plano personal. Es lo que hace que valga nuestra labor.

 

 

* Para saber más:

Bennet, Milton. (1998). Basic Concepts of Intercultural Communication. Estados Unidos de América: Intercultural Press, Inc.

Fantini, A. (2019), Intercultural communicative competence in educational exchange: a multinational perspective. Estados Unidos: Routledge.

Kumaravadivelu, B.. (2008). Cultural Globalization and Language Education. Estados Unidos de América: Yale University Press.

Es muy importante establecer en el grupo un ambiente de armonía y respeto que permita el enriquecimiento mutuo entre alumnos y maestro, pero por supuesto también entre los mismos alumnos.


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